Fractura de clavícula, cuidados y recomendaciones
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Ubicadas entre tus hombros y la parte superior del esternón, las clavículas no solo mantienen tus hombros estables, alineados y fuerte, estos huesos en forma de “S” alargada también son responsables de preservar la integridad de los vasos sanguíneos y los nervios que recorren esta parte de tu cuerpo.
Este par de huesos son absolutamente necesarios para que ejecutes muchos de los movimientos rutinarios de todos los días, por lo que una lesión de la clavícula afecta tremendamente el desarrollo de tus activadas diarias.
La fractura de clavícula es una de las roturas de hueso más frecuentes entre recién nacidos, población joven (hasta los 20 años), y adultos mayores. Sin embargo, nadie está exento de sufrir una fractura en esta zona del cuerpo.
¿Cómo podría romperse la clavícula?
Las causas más frecuentes de rotura de clavícula incluyen:
• Enfermedades preexistentes que causan baja densidad ósea como la osteoporosis (sucede con mayor frecuencia entre los adultos mayores).
• Lesiones por accidentes de tránsito (más común en población joven).
• Lesiones por accidentes deportivos.
• Caídas en las que el hombro o el brazo extendido sufren la fuerza directa o indirecta del impacto (los niños son la población más vulnerable a esta causa de fractura).
• Traumas durante el nacimiento. Puede suceder durante un parto vaginal con complicaciones.
Así se detecta una fractura de clavícula
Si después de una caída, golpe o accidentes, sientes dolor en el brazo que se intensifica, impide el movimiento, hay inflamación o hematomas, abultamiento sobre el hombro o alrededor, o escuchas tu brazo crepitar cuando mueves el hombro, podrías tener la clavícula fracturada. En tal caso, la mejor decisión es acudir a tu proveedor de salud, quien, tras preguntas de rutina y un riguroso examen físico, podrá determinar si existe rotura o no.
En el caso de los recién nacidos que han venido al mundo tras un parto difícil, las madres podrían notar la incapacidad del bebé para mover el brazo; el llanto es un indicio claro de dolor y podría denotar que el brazo está partido.
Los exámenes para confirmar el diagnóstico podrían ser:
- Radiografía para encontrar el lugar exacto de la rotura.
- Tomografía computarizada para evaluar la gravedad de la fractura.
Tratamiento
Este tipo de fracturas, como cualquier rotura de hueso, aunque es dolorosa, puede curarse fácilmente si el paciente sigue con rigurosidad el tratamiento y los cuidados recomendados por su médico de confianza, una vez completado el diagnóstico.
Un hueso roto necesita, sobre todo, quietud: mantenerlos en su lugar natural facilita la recuperación. Si te has partido la clavícula y la fractura no implicó un gran traumatismo, solo con el uso del cabestrillo y reposo tu hueso podría repararse en poco tiempo.
En los niños la cicatrización ósea toma de tres a seis semanas, en los adultos el proceso tarda un poco más: de seis a 12 semanas. Y en los neonatos la curación tomará máximo dos semanas.
Lo más seguro es que como parte del tratamiento tu médico te prescriba algún medicamento para ayudar a controlar el dolor. Es importante que sigas esta prescripción y no te arriesgues a automedicarte.
Como parte del tratamiento, probablemente necesitarás terapia de rehabilitación que te ayude a recuperar el movimiento natural de la clavícula. Los movimientos iniciales deben hacerse lentamente y sin querer apresurar la recuperación; en lugar de ayudarte, esto podría ocasionar daños musculares y articulares.
Recomendaciones para el proceso de recuperación
• Mantener los brazos debajo de la altura de los hombros.
• Evitar levantar objetos pesados (el límite de peso son 2 kilogramos).
• Evitar la actividad física.
• Hacer los ejercicios de rehabilitación recomendados por tu médico.
• Mueve tu brazo con delicadeza.
• Guarda reposo, pero no dejes tu brazo en completa quietud.
• Acude a las sesiones de fisioterapia recomendadas.
• No pierdas tus citas de seguimiento.
• Mantén monitoreada el área afectada para que detectes cualquier anomalía.
La cirugía podría ser necesaria
Si la fractura es expuesta, es decir, que el tejido blando está comprometido, o si la clavícula está fuera de lugar o si es una rotura conminuta (hueso astillado o quebrado en más de una parte); lo más probable es que el paciente necesite intervención quirúrgica.
La cirugía de clavícula, como otras operaciones óseas, normalmente involucra el uso de varillas, placas de metal y tornillos que ayudan a fijar el hueso y mantenerlo unido mientras vuelve a consolidarse como unidad.
Posibles complicaciones
No es muy frecuente que se presenten complicaciones en un paciente con fractura de clavícula, sin embargo, las siguientes podrían presentarse:
- Lesiones en nervios o vasos sanguíneos: sentir frío o sensación de entumecimiento en el brazo y la mano podría ser síntoma de esta lesión.
- Recuperación deficiente: se da en los casos más graves (mayormente en aquellos que precisan intervención quirúrgica). Si la curación es incompleta, podría presentarse acortamiento del hueso.
- Abultamiento en el hueso: surge una protuberancia ósea en el hueso afectado, que suele desaparecer con el tiempo.
Cómo saber que mi clavícula ya sanó
Es tu médico el único que puede certificar la total recuperación de tu clavícula, sin embargo, tú podrás verificar que el éxito del proceso de sanación esté completo porque:
• Ya no hay dolor.
• El movimiento es normal y fluido.
• No hay rigidez.
• Recuperas la fuerza del hombro.
Una vez la recuperación se haya verificado, el paciente podrá retomar la actividad física; es aconsejable retomar primero la práctica de deportes sin contacto, por ejemplo, nadar a las seis semanas mínimo, y esperar por los menos dos meses para los deportes de contacto.
Así se disminuye el riesgo de una rotura de clavícula
Nada evitará un accidente, pero algunas situaciones de riesgo pueden prevenirse, por ejemplo.
• Al practicar deportes de contacto, utiliza en la medida de lo posible el equipo de protección necesario.
• Haz ejercicios de fortalecimiento que mantengan sano y fuerte tu sistema músculo-esquelético.
• Lleva una alimentación balanceada que te provea de todo lo que tu cuerpo necesita para conservarse saludable.
• En la medida de lo posible, evita ponerte en situaciones de riesgo y practica el autocuidado.
• Acude a tu médico con regularidad.